Jayden Jeffrey, estudiante de primer año, se distrae con su teléfono en clase. Con casi todos los estudiantes adolescentes acompañados con celulares, estas distracciones suelen ser entretenidas, pero no siempre útiles y beneficiosas.
¿Qué es la desinformación? La desinformación es un problema recurrente en la vida diaria de la escuela secundaria.
Con frecuencia es el resultado de información con poca verdad transmitida por las creencias o suposiciones de los estudiantes. Pero en ciertos casos, puede tratarse incluso de mentiras presentadas como verdades, con la intención de engañar a la gente.
Este dilema social que a muchas veces no se ve es que, por desgracia, la desinformación suele ser habitual en la vida ordinaria. La desinformación se esconde en los rumores que te cuentan al oído tus compañeros y se enreda entre el rumor del día.
Se enreda entre el clickbait de tu teléfono, y puede parecer sin importancia hasta que de repente se convierte en algo más profundo. El impacto que pueden tener unas pocas palabras inexactas es un efecto dominó sin fin.
Los profesores y el personal escolar con gran responsabilidad sobre la seguridad de los estudiantes pueden caer profundamente en los efectos de este rompecabezas. El especialista en seguridad escolar y aplicación de la ley Marcus Washington afirma,
“Hace que el trabajo sea más difícil, porque aunque hayas apagado ese pequeño incendio forestal, siempre está empezando otro a causa de él.” Los teléfonos desempeñan un papel importante en este asunto, ya que graban cosas como peleas o ayudan a diseminar rápidamente los rumores.
El defecto en la conversación actual suele ser el chisme, pero el chismorreo sólo enciende problemas mayores. En otras palabras, es un juego de teléfono que amenaza. Pueden crearse escenas con mentiras tan graves que las escuelas recurren a un lockdown, con lo que sólo empeoran las cosas.
El año pasado, cuando se produjo una situación de intensa desinformación, la estudiante de secundaria Allison Zayago comparte,
“Recuerdo que tenía miedo de ir al la escuela al día siguiente porque pensaba, ¿Y si volviera a ocurrir?”
Esto refleja los posibles daños que pueden causar a los estudiantes los problemas relacionados con información que no es de confianza.
También puede empeorar si no se maneja correctamente durante o después, dando el contexto necesario y la tranquilidad adecuada. Cuando se deja a los estudiantes en la oscuridad sobre una información, bien merecida, puede provocar miedo y un constante exceso de pensamiento o suposición. Si no se les dice cuál es la verdadera historia, sus mentes se formarán una por sí mismas, que, de nuevo, puede ser inexacta.
¿Quién iba a pensar que los rumores que se oyen en los pasillos tendrían el poder de afectar tanto al día de alguien? Desde pequeños rumores hasta malinterpretaciones mayores, siguen teniendo el mismo poder de afectar a cualquiera. Así que la próxima vez que oigas cuentos en la escuela, piensa en lo que estás oyendo y en la información falsa que puedes estar compartiendo.